Salida del Fago

Después de estar toda la semana dudando el orden de realización de los barrancos elegidos, nos decantamos por realizar primero el Artazul el sábado y la Foz del Fago el domingo. Así, el sábado (10 de mayo) a las 11 de la mañana nos dimos cita todos los participantes en Irurtzun, salida de la autovía que nos dirigiría al nacedero del río Arteta.

Una vez en nuestro destino y previa comprobación del cauce del río, preparamos nuestras sacas y nos acercamos al comienzo del barranco con dos de los vehículos.

La aproximación la dirigimos a la segunda entrada del barranco, dejando atrás el primer rápel conocido como el “rompecuerdas”. Ya dentro del río, nos ataviamos con los neoprenos e iniciamos la andadura a las 14:30 horas. Así, una consecución de rápeles y saltos nos fue engorgando en un precioso cañón que portaba un cauce justo para su disfrute. Después de dos horas fugaces en las que no se desdibujó ni por un segundo la sonrisa de los compañeros, llegamos al último y más famoso rápel del Artazul. Ahí llegó la única espera del barranco al estar ocupados las dos instalaciones. La instalación que recayó en manos de Luis y Manú, fue en doble con dos cuerdas de 50 m. y con un shunt que, tras cada descenso, lo hacíamos correr 20 cm. evitando que la cuerda roce por el mismo sitio constantemente. A las 17:05 ya estábamos todos abajo comentando la preciosa experiencia. Ya solo quedaba secarnos y regresar a por los coches que habíamos usado para la aproximación con un nuevo acompañante del grupo que nos precedía durante el barranco que le hicimos el favor de llevarle a su vehículo.

Aprovechamos lo bien que íbamos de tiempo para acercarnos al pueblo de Majones donde pernoctaríamos no sin antes compartir un tiempo de relax mientras cenábamos. Nos levantamos con la primera campanada de la Iglesia del pueblo a las 8h. e hicimos tiempo a que se incorporara Jonathan, “fichaje” del domingo que sirvió para reemplazar a Pepe quien había regresado a casa el día anterior.

A las 10 de la mañana  con el equipo de nuevo completo, nos dirigimos sin perder ni un instante a la Foz del Fago, nuestra segunda meta. Otra vez con una combinación de coches para reducir el tiempo de aproximación y retorno, nos cambiamos en el parking que estaba ya repleto de barranquistas igual de ansiosos que nosotros.

A las 10:30 iniciamos la marcha por un barranco que empezó algo más ancho que el anterior, pero que no tardaría en engongarse igualmente entre paredes muy altas. Menos rápeles que el artazul y una mayor variedad de saltos nos fueron adentrando en el cañón de la Foz del Fago que nos brindaba rincones realmente sorprendentes. Las pequeñas progresiones caminando y destrepando eran muy cómodas al ser una piedra muy poco resbaladiza. Sorprendentemente, en este barranco tampoco coincidimos con ningún otro grupo que ralentizara nuestra progresión Este hecho, sumado al complejo de ranas saltarinas que invadió a los trasmeranos, hizo a nuestra experiencia en la Foz del Fago muy dinámica y divertida. Así, a las 13:00 horas terminamos el descenso en el tiempo previsto, dos horas y media.

Ya en el retorno y con los neoprenos quitados, Jonathan aún tenía una sorpresa más que darnos, se había dejado las llaves del coche que habíamos aparcado en el retorno en los coches de la aproximación. Esta vez, fuimos nosotros los que tuvimos que aprovecharnos de la generosidad de otros barranquistas quienes acercaron a Edu a por las llaves de Jonathan y a por su coche.

Ya todos juntos de nuevo en el punto de retorno de la Foz del Fago, el grupo se dividió porque a dos de los participantes, que ya el sábado por la mañana venían de hacer la Cueva de la Leze, aún les esperaba el barranco de Hospital o Siresa. El resto por el contrario optaron por comer tranquilamente y dirigirse de regreso a casa.

Participantes: María José M., Igor L., Luis A. (Farero), Manú C., Toño C., Eduardo M., Jose Carlos G. (Pepe), Jonathan A..