CRÓNICA DEL CURSO INVERNAL 2015
Esta pasada semana se realizó el curso de iniciación a la montaña invernal de la AEMT. Así, el jueves 8 de enero dio comienzo en la sede del club la primera parte teórica en la que se explicó a los participantes la ropa utilizada, material específico, técnicas de progresión, nudos, etc.
El viernes nos dimos cita todos en el Albergue Juvenil de Alto Campoo donde fuimos llegando poco a poco a lo largo de la tarde. Tras la cena, subimos a la sala común del mismo donde terminamos de cumplir las horas de teoría y repasamos algún nudo del día anterior.
El sábado amaneció un día soleado y sin gota de viento, condiciones meteorológicas que quisimos aprovechar desde el minuto uno. Por tanto, sin perder tiempo, nos dirigimos con los vehículos hacia los tubos de Solvay donde comenzamos las prácticas. En primer lugar, fuimos distinguiendo los diferentes tipos de nieve con los que nos podemos encontrar y las formas adecuadas de progresión en las mismas. Seguidamente vimos las maniobras de autodetención en caso de caída, bien sin material, bien con piolet y crampones. Esta es la parte que más risas y anécdotas genera, pero no hay que olvidarse de la importancia de aprender a efectuarlas correctamente.
Entre unas cosas y otras, nos dieron las 2 de la tarde sin darnos cuenta, por lo que decidimos tomarnos un descanso para reponer energías subidos en una roca al sol cual lagartijas.
Por la tarde, divididos en equipos de 3, los cursillistas aprendieron los métodos de aseguramiento e instalación en nieve (estacas, anclas, piolet, setas, etc) y en hielo (tornillos). Para comprobar la firmeza de estas instalaciones, se sobrecargaron con el peso y fuerza de varios compañeros, quienes intentaron desmontar las diferentes instalaciones, sin éxito alguno. Para concluir las prácticas del día, esos mismos grupos de tres personas realizaron la progresión en cordadas teniendo que aplicar todo lo visto a lo largo del día.
El atardecer dio por finalizada la jornada y el grupo al completo regresó al albergue para, una vez duchados, compartir las impresiones y experiencias individuales.
Cuando despedíamos el día con los clásicos chistes y anécdotas varias de los abuelos del lugar, llegó una última sorpresa: tartas y champán para celebrar tres cumpleaños que coincidieron ese fin de semana de los presentes (Carmen Z., Carlos Z., y Carmen S.). El toque mágico a la noche lo puso Toni con sus fuegos artificiales que nos hicieron disfrutar a los participantes y al resto del albergue.
A la mañana siguiente y con las pilas cargadas amanecimos con un día completamente distinto, lluvia y viento. Esto, sumado a lo adelantados que íbamos respecto a la programación, nos llevó a hacernos un poco los remolones e iniciar las prácticas del día dentro del albergue. Carlos se encargó de mostrarnos como se debe progresar encordados en glaciar y qué hacer en caso de accidentes. Los mismos grupos del día anterior ocuparon gran parte de la planta superior del albergue y fueron aplicando lo enseñado.
Ya a las 11 de la mañana, decidimos aplicar lo aprendido sobre el campo de batalla y, nuevamente en los tubos de Solvay, fuimos avanzando en distintas cordadas para practicar cómo debemos actuar en caso de accidente de un compañero.
El tiempo fue mejorando a lo largo de la mañana y ya solo quedaba explicar técnicas de supervivencia en el medio y realizar el más que clásico iglú entre todos los asistentes. Esto inexplicablemente derivó en una guerra de bolas de nieve con las que nos reimos un buen rato.
De este modo, nos despedimos de la nieve y, por tanto, del curso de iniciación a la montaña invernal. Eso sí, para lograr asentar correctamente los conceptos, fuimos todos al restaurante Pico Casares donde nos dimos un gran homenaje de cocidos y carne a la parrilla.
PARTICIPANTES: Carlos Z., Carmen L., Fer S., Mari B., Jonathan A., Eduardo M., Félix U., Toni V., Carmen S., Duje V., Laro V., Gema, Carmen Z., Marcos P., Igor L., Pepe G., Enrique, Erick P., Míchel, Joserra P.